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Muchos catalogaron el salirse de Nueva Inglaterra como el fin de la carrera del 6 veces ganador del Super Bowl y perder en su primer partido con los Buccaneers parecía reafirmar esa situación. Aunque con el paso de las semanas, sigue demostrando que no está terminado y las estadísticas de Tom Brady con Tampa Bay lo comprueban.

Lleva marca de 3-1.

Después de un comienzo lento en los primeros tres juegos, Brady es noveno entre los mariscales de campo titulares en yardas aéreas completadas con un promedio de 7.0. Es el décimo en yardas aéreas previstas con un promedio de 8.6 yardas y sus 11 TD están empatados con Pat Mahomes en el cuarto lugar de la liga.

Podrá no estar en los primeros lugares como cuando estaba en los Patriotas, pero eso no quiere decir que está haciendo las cosas mal. Se está acoplando a un nuevo equipo y los errores eran de esperarse, pero la realidad es que han sido menos de los que muchos prevenían.

 

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De hecho, en el juego profundo, nadie lo supera.

Brady está promediando 2.8 pases completos de balón profundo por juego para un promedio de 102.8 yardas. Eso es casi el doble en cualquier temporada desde 2016, así es, tiene mejores números en ese rubro de lo que tuvo en sus últimos 4 años con los Patriots. 

En lo que va de la temporada, tiene 13 pases completos de más de 20 yardas, lo que lo convierte en el primer lugar. Además, con esos pases largos, ha conseguido 458 yardas, también colocándolo como el número uno en ese rubro.

A sus 42 años, su potencia en el brazo no ha disminuido.

Brady está superando sus récords personales desde 2016 en porcentaje de pases completos (de 36.8 a 50), yardas por intento (4.8 a 9.7), índice de pasador (73.5 a 117.3) ) y porcentaje de finalización por encima de las expectativas (de +0,6 por ciento a +9 por ciento).

Las estadísticas de Tom Brady en Tampa Bay no mienten y mejora con cada partido que juega con su nuevo equipo, demostrando que el tiempo no es un factor en él, pero sobre todo que no necesita a los Patriots para brillar.