No cabe duda de que el ser humano y el arte no tienen límites, hoy en día, cada vez nos sorprenden más con iniciativas artísticas de concientización sobre el grave problema del cambio climático en el planeta, así que la reforestación fue el motivo por el que un equipo tuvo que cambiarse de estadio.
Klaus Littmann fue el autor de esta obra.
Por increíble que parezca, este hombre suizo transportó 300 árboles para colocarlos en todo lo largo y ancho de la cancha del Wörthersee Stadion, casa del Klagenfurt de la Segunda División de dicho país, que tuvo que mudarse para disputar sus partidos como local.
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La idea está basada en el dibujo «La inquebrantable fuerza de atracción de atracción de la Naturaleza», obra de Max Peintner de 1971, hecha completamente a lápiz, misma en la que se aprecia un estadio lleno de gente apreciando un pequeño bosque que se encuentra en el terreno de juego.
48 años después, el dibujo se convirtió en realidad.
Littmann es un apasionado del arte desde su juventud y esta vez demostró que nada es imposible para él, ya que trasladó 300 árboles de diferentes tipos como abedules, sauces, carpes, álamos, carvallos, arces, etc. a la cancha del inmueble que tiene capacidad para 30 mil espectadores, obra que lleva «For Forest» como título.
El autor ofreció una conferencia de prensa para hablar el respecto, en la que confesó que el escenario era perfecto para lo que pretendía lograr: «El contraste del metal, el acero, el cristal y el bosque. No podría ser mejor».
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La peculiar obra estará abierta al público del 8 de septiembre al 27 de octubre.
Klaus también explicó que la parte innovadora de este proyecto se encuentra en que al poder ser apreciada desde diferentes ángulos, la perspectiva y las emociones que sientan las personas al verlo siempre será diferente.
Así fue como el futbol demostró no ser una de las prioridades del planeta y le cedió una de sus millones de sedes para generar conciencia en la sociedad sobre la importancia de cuidar el medio ambiente, puesto que la Tierra es el único hogar que tenemos.