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Cuando un equipo llega a una Final, el único objetivo es ganarla y eso es lo único que tienen en mente los jugadores, con tal de pasar a la historia, tal y como sucedió en el famoso e histórico ‘Milagro de Estambul’ del Liverpool, una hazaña imposible de olvidar.

Los ‘Reds’ llegaban al partido por la conquista de la UEFA Champions League contando con Steven Gerrard como principal figura y enfrentarían al Milán, dirigido nada más y nada menos que por Carlo Ancelotti, un duelo digno de admirar.

El equipo inglés dejó en el camino al Bayern Munich, a la Juventus y al Chelsea para llegar hasta la última prueba y tener la posibilidad de proclamarse como los mejores de Europa gracias a la unión de sus jugadores.

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En contraste, el Milán llegaba plagado de figuras como Cafú, Paolo Maidini, Andrea Pirlo, Gennaro Gattuso, Kaká, Andriy Shevchenko y Hernán Crespo, siendo ampliamente favoritos después de eliminar al Manchester United, al acérrimo rival: el Inter de Milán y al PSV Eindhoven, probablemente era el mejor plantel del continente.

La sede del gran evento era Estambul, Turquía, una ciudad tan exótica como lo que estaba a punto de ocurrir ahí.

Las cosas empezaron muy mal para el Liverpool, que recibió el primer gol apenas a los 15 segundos, obra del capitán italiano Paolo Maldini.

Era muy temprano como para pensar que dicha anotación fuera definitiva, sin embargo, el argentino Hernán Crespo había destrozado la esperanza de muchos aficionados de los ‘Reds’ con un par de tantos, al minuto 39 y al 44 para irse al descanso con una ‘cómoda’ ventaja de 3-0.

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Hernán Crespo
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Pocos creían en la remontada milagrosa de los ingleses, que se vieron ampliamente superados en la primera mitad.

Bien dicen que hay que morir en la cancha con dignidad, luchando por conseguir la victoria sin importar las adversidades o el resultado, a fin de cuentas, uno nunca sabe si el esfuerzo será suficiente o no hasta que el árbitro dé el silbatazo final.

Así lo entendieron los dirigidos por Rafael Benítez, desde su portero Jerzy Dudek, que se convirtió en una auténtica muralla para evitar más anotaciones en contra, hasta ‘Stevie G’, que no se cansó de intentar marcar.

Entonces surgió un destello de esperanza cuando el emblemático capitán acortó distancia 3-1 al minuto 54 con un cabezazo y poco tiempo después, el checo Vladimir Smicer, que entró de cambio, ponía el 3-2 al 56 para mantener el sueño vivo con un disparo que fue rasguñado por el arquero brasileño Dida.

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Steven Gerrard
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Tal vez, aquel festejo de Gerrard alzando enérgicamente los brazos para pedirle apoyo a la afición también contagió a sus compañeros, que captaron que aún faltaba un mundo de tiempo y no se podían rendir.

Era algo totalmente inesperado, en tan solo 11 minutos, el Liverpool se volvió a meter al juego y se puso a un gol del empate que obligaría el tiempo extra.

4 minutos más tarde, los espectadores se paralizaron cuando el árbitro marcó un penal a favor de los ‘Reds’, los seguidores italianos imploraban que Dida se vistiera de héroe para evitar la igualada, mientras que los fieles aficionados ingleses deseaban con todo su ser que el joven Xabi Alonso convirtiera la pena máxima.

Llegó el momento de cobrar ante millones de ojos expectantes de lo que iba a suceder, Xabi perfilado para patear con el pie derecho y lo hizo, pero ocurrió lo peor, Dida alcanzó a tapar el disparo para arrancarle el grito de gol a los seguidores del Liverpool, no obstante, la pelota quedó viva y Alonso llegó con decisión para marcar el 3-3.

Xabi Alonso
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La euforia se hizo notar, es muy difícil presenciar este tipo de cosas, y más en una Final.

Aún le quedaba media hora al encuentro y el momento anímico estaba del lado inglés, aunque el Milán volvió a pisar el acelerador y tuvo varias oportunidades para definir el compromiso.

El tiempo continuaba su curso, parecía interminable para ambos conjuntos, que tuvieron que irse a tiempos extra y seguir peleando por conquistar uno de los más ansiados trofeos del mundo.

La paridad se mantuvo y el ganador se decidiría en una dramática tanda de penales.

Milagro de Estambul
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La presión se apoderó de Serginho, que mandó su disparo a las nubes y de Andrea Pirlo, que cobró débil para que Dudek pudiera atajar, del otro lado, Dietmar Hamann y Djibril Cissé no tuvieron problema para anotar y ponerse al frente 2-0.

Los penales dieron un giro sorpresivo cuando Jon Dahl Tomasson convirtió y John Arne Riise falló, esta vez, Dida logró desviar el intento y los ingleses ganaban 2-1, pudiendo tener la ventaja 3-1.

Entonces, el brasileño Kaká (recién campeón del mundo en Corea y Japón 2002) y Smicer cumplieron con el trabajo. La diferencia continuaba favoreciendo a los ‘Reds’ 3-2.

Era el momento de la verdad, Andriy Shevchenko estaba obligado a anotar para mantener a su equipo en la contienda, lucía convencido de poder hacerlo con el pie derecho, pero decidió buscar el centro y Dudek le impidió el gol para sellar la quinta coronación del Liverpool en UEFA Champions League 3-2.

Ahora, al equipo cuyo himno es «You’ll never walk alone (Nunca caminarás solo)» se le presenta una nueva oportunidad de levantar la ‘Orejona’ 14 años después de aquel ‘Milagro de Estambul, recordando que perdió la más reciente Final 3-1 ante el Real Madrid y buscará que el Tottenham pague los platos rotos.