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Jimmy Garoppolo y San Francisco 49ers están a una victoria de meterse al Super Bowl y el mariscal de campo sabe perfectamente que la lesión que sufrió en 2018 causó la llegada de Nick Bosa al equipo: momento clave para estar donde están el día de hoy.

El quarterback sufrió un desgarre de ligamento cruzado anterior en la rodilla izquierda.

Aquel terrible incidente ocurrió cuando apenas iniciaba la temporada de la National Football League (NFL) y el jugador titular de San Francisco no pudo volver a los emparrillados durante ese año, así que le cedió la estafeta al joven Casey Jarrett Beathard.

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Lamentablemente para su causa, nada salió como ellos esperaban y se despidieron de la campaña con un balance negativo de 4-12, mismo que les permitió ser los segundos en elegir en el draft del siguiente año y que aprovecharon la oportunidad sabiamente al tomar a Bosa como su nuevo ala defensivo.

Ahora, la defensa de 49ers es una de las más poderosas de la liga.

Ante toda esta «casualidad», Garoppolo dio su punto de vista al respecto: «Las cosas tienen una manera de funcionar, siempre me dije a mí mismo que fue una bendición disfrazada, la lesión. Tomamos a Bosa después de eso, fue una buena compensación, supongo».

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Kyle Shanahan, head coach de San Francisco también admitió que su defensivo ha sido clave.

Y es que todo esto se comprueba con los números de Bosa a lo largo de la temporada: 47 tacleadas, 9 capturas de quarterback y una intercepción para 46 yardas; sumadas con el buen desempeño de todo el equipo, desencadenaron el campeonato de la División Oeste de la Conferencia Nacional con un balance de 13-3.

Ahora, ya están instalados en la Final de Conferencia, donde enfrentarán a Green Bay Packers en el Levi’s Stadium el próximo domingo a las 17:40 en el  por el boleto al Super Bowl y, por lo menos para Jimmy Garoppolo, fue su lesión que le permitió a San Francisco 49ers tomar a Nick Bosa.