¿Cómo se recupera alguien cuando pierde a un ser querido? No existe una respuesta exacta para ello, cada quien vive el duelo a su manera. Se puede quedar estancado en la tristeza o decidir darle la vuelta a la situación para salir adelante, justo como lo hizo la estrella de los Raptors, ya que Kawhi Leonard perdió a su padre y vio la tragedia como una oportunidad.
Pudo seguir con su vida, gracias al ejemplo que le dejó su papá.
Leonard vivió una infancia bastante normal en Los Ángeles, iba a la escuela, jugaba futbol americano, basquetbol y no tenía que preocuparse por algo más que disfrutar cada momento.
A pesar de que sus padres eran divorciados, el basquetbolista siempre tuvo una buena relación con ambos así que eso nunca fue realmente un problema para él.
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Aunque no todo puede ser color de rosa y a los 16 años la tragedia tocó a su puerta.
Un día como cualquier otro, Kawhi regresaba a su casa de jugar un partido con el equipo de su preparatoria cuando sonó el teléfono y era una de sus hermanas, dejó pasar unos cuantos segundos antes de contestar una llamada que nadie en su vida quiere recibir.
«¿Qué pasa?» preguntó Leonard y del otro lado del teléfono solo podía escuchar llantos. «Kawhi, papá está muerto», respondió su hermana y esa es una frase que a la fecha no ha podido olvidar.
La tragedia fue en el auto lavado donde trabajaba Mark Leonard de 43 años en el barrio de Compton. No es nada nuevo que esa zona es peligrosa, una de las más peligrosas en Los Ángeles, donde personas van con armas escondidas bajo la ropa, cadenas llamativas y miradas que te incitan a nunca voltear a verlos.
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Fue la tarde del 18 de enero de 2008 cuando una de esas personas, un completo desconocido, le disparó a quemarropa al papá de Kawhi, para que minutos después en el hospital fuera declarado muerto.
Por más dolor que sentía, no fue motivo para darse por vencido en su sueño.
Kawhi Leonard was 16 when his dad got killed. The tragedy changed his life and his game.
Now he’s 27 with the power to alter the NBA landscape. pic.twitter.com/c81XOTOd9P
— Cycle (@bycycle) June 29, 2018
Al día siguiente de la tragedia, Kawhi debía jugar un partido con su preparatoria. «¿Quieres jugar el partido? ¿Estás seguro?», eran las preguntas que le hacía su entrenador y él solo asentía con la cabeza. A pesar de perder, Kawhi consiguió 17 puntos y en el momento de que acabó el partido no aguantó más y rompió en lágrimas al lado de su madre.
Su rendimiento cayó los siguientes encuentros, era algo normal. Aunque así como tuvo el bajón, su recuperación fue igual de rápida. El recuerdo de su padre y su obsesión por mejorar fueron lo que lo impulsó. Se dedicó horas enteras a mejorar su juego, desde la defensa hasta el ataque.
¿Cuál fue la respuesta ante tal obsesión por ser el mejor?
«Trato de hacerlo lo más duro posible noche a noche. Es lo que mi padre hubiese querido”, expresó en una entrevista.
Al llegar al siguiente paso en el baloncesto, la universidad, se decidió por San Diego donde consiguió 17 dobles-dobles, fue elegido novato del año y parte del equipo ideal de la Mountain West Conference. Todo esto lo hizo de la única manera que se puede hacer algo, trabajando día a día en ello con la obsesión de mejorar.
Tocaba el siguiente escalón, la NBA y aunque su lanzamiento errático hacía que muchos dudaran de él, fue otra cosa lo que convenció a los Pacers y después a los Spurs.
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Su coach de la universidad dijo, «Ni siquiera están las luces prendidas y Kawhi ya está allí. Lo ha hecho dos días seguidos, desde las 06:30 de la mañana’. Trajo dos lámparas desde su casa, las puso allí y comenzó a tirar“.
Su necesidad por mejorar, eso fue la clave para que triunfara en la liga.
En 2011 fue seleccionado por los Pacers, pero enseguida fue enviado a los San Antonio Spurs, equipo comandado en ese entonces, por Tim Duncan, Tony Parker y Manu Ginóbili.
Con solo 3 años en el equipo, se convirtió en campeón y en MVP de las finales, pero lo realmente importante fue el día que lo consiguió.
El día en que obtuvo su primer y hasta ahora único anillo, se conmemoraba el Día del Padre, a quien él había perdido hace 6 años. Sin duda alguna, su papá estuvo presente en ese momento.
“La muerte de mi padre posiblemente me hizo crecer más rápido”, dijo Leonard. “No siento pérdidas en mi vida, porque probablemente me enfoque en vivir».
Perder a un ser querido es algo que nadie quisiera vivir, pero a veces es inevitable y Kawhi es el ejemplo de como si se puede sobrevivir a ello y no solo eso, sino aprovechar la situación para convertirse en quien tú y esa persona siempre soñaron.