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Jugar en la NFL no debe de ser sencillo, así que la mayoría de los jugadores cuentan con una especie de ‘ritual’ para poder dar lo mejor de cada uno jornada tras jornada. En el caso de la estrella de los 49ers, George Kittle, se trata de algo especial porque recibe una carta de su padre cada partido.

Él no ha tenido un solo mal día en su vida.

No en toda su carrera en la NFL, realmente el ala cerrada dijo que no cree que haya sufrido de unas malas 24 horas en sus 26 años de vida. El tiempo ha sido muy bueno con él y en gran parte se debe a la familia que le tocó, quienes nunca lo han dejado solo.

Su nombre empezó a sonar en la liga en 2018, cuando Kittle lideró la liga en recibir más  yardas por juego por un ala cerrada con 86.1 y terminó con 88 atrapadas para casi 1,400 yardas. Superó al legendario Gronkowski de los New England Patriots. 

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Esos números se los debe a su padre, Bruce.

Llevan más de una década con una bonita tradición de mandarle una carta a su hijo antes de cada partido, o sea empezó antes de que llegara a la NFL. Antes de cada encuentro, lo más importante para Kittle es sentarse a leerla y eso que son de entre 3 y 4 páginas de largo.

 

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That 8 and 0 feeling

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Todos los sábados durante la temporada, una carta para George Kittle llega a la sede de los 49ers. Éstas son de su padre, que tienen una mezcla de notas sobre el próximo oponente, observaciones del juego de la semana anterior, una foto o dos y una charla «significativa» (y a menudo vulgar).

Todo empezó gracias a otra historia.

Bruce se  enteró de la historia de Austin Box, un exapoyador en Oklahoma que falleció por una sobredosis de drogas y que su padre Craig, le escribió a Austin una carta antes de cada partido de futbol desde que su hijo estaba en séptimo grado

Es por esa razón que George Kittle recibe una carta de su padre, donde lo inspira a siempre salir adelante y bien dicen que no existe mejor maestro que un papá, así que esa podría ser la clave para la calidad de juego del ala cerrada.