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El ser una estrella del deporte tiene mucho que ver con la habilidad, pero la realidad es que los aficionados son los encargados de ponerlos en un pedestal. Bien dicen que le deben todo a ellos y algunos buscan como regresarles tanto, mientras que otros les regalan boletos de partidos, unos superan las expectativas, como el detalle que tuvo JuJu Smith-Schuster con un fanático.

El receptor de los Steelers esta muy comprometido con su comunidad.

JuJu sabe lo importante que son todos sus seguidores así que, constantemente, se encarga de organizar eventos para convivir con ellos. Por ejemplo, una invitación pública a un parque para realizar una batalla de globos.

Esos han sido eventos masivos, pero el jugador quiso hacer una excepción y darle el gusto a un fanático en particular, uno que necesitaba desesperadamente su ayuda.

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Fue el acompañante de un joven a su fiesta de graduación.

Un joven de Pittsburgh invitó al WR a través de un mensaje directo en Instagram, preguntándole su podría acompañarlos al baile de la Chartiers Valley High School.

«¡Graduación con mi hermano Anthony Molinaro! Recibí un mensaje directo de él hace un tiempo donde me decía que necesitaba a alguien para pasar una gran noche en su escuela», explicó Smith-Schuster en sus redes sociales.

Molinaro acaba de cortar con su novia unos días antes, así que decidió llevar a la superestrella.

La humildad de JuJu ha estado presente desde que entró a la NFL y el mensaje que le dejo el afortunado joven es la prueba de ellos. «Gracias, JuJu, por ir a la graduación conmigo. Honestamente fue una de las mejores noches de mi vida y quiero agradecerte a ti y todas estas grandes personas. Sigue siendo así, mantente humilde y la ciudad te seguirá amando».

Las risas y hasta las burlas no faltaron.

En un video que se hizo viral por parte de un egresado de la preparatoria, se puede ver al WR bailando con todos mientras cantaban una frase muy particular, «Qué se joda, Antonio Brown». Al parecer el odio al exjugador de los Steelers sigue muy vigente.

La salida de AB pareció no afectar a la ciudad, Pittsburgh está enamorada del receptor y ahora entendemos que no solo por la magia que hace dentro del campo, sino también fuera de él.