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A Mike Tomlin y sus jugadores les gusta mantener que son un grupo equilibrado en la ofensiva, capaces de correr el balón y lanzar, dependiendo de cómo las defensas rivales elijan atacarlos. En este momento, el único equilibrio de la ofensiva de los Steelers es que está desequilibrado la razón es la incapacidad tener un juego terrestre.

No han podido hacerle mucho a algunas de las peores defensas.

Lograron solo 44 yardas en 20 jugadas terrestres en la victoria del domingo por 36-10 contra los Cincinnati Bengals, un juego en el que Ben Roethlisberger intentó 46 pases. De eso, 20 yardas llegaron en cuatro carreras de Benny Snell y otras 16 en una carrera de James Conner.

Los Steelers tuvieron siete carreras para cero o yardas negativas contra un equipo que permitía un promedio de 133.1 yardas por tierra por juego. Aunque lo más inquietante es que fue el tercer juego consecutivo en que no corrieron más de 48 yardas, la primera vez desde que Chuck Noll se convirtió en entrenador en 1969.

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No hay forma de defender su poco juego terrestre.

Era algo comprensible que los Steelers no tuvieran muchas yardas terrestres contra los Baltimore Ravens (48 yardas) e incluso los Dallas Cowboys (46) porque estaban perdiendo por 10 puntos en la segunda mitad de cada juego. Pero los Cowboys son los penúltimos en la liga en defensa de ataque y ni siquiera pudieron correr el balón en la primera mitad antes de quedarse atrás. 

En algún momento necesitarán encontrar un juego terrestre que pueda rescatarlos cuando los equipos comiencen a intentar quitarle las opciones a Roethlisberger. En algún momento, tal vez puedan comenzar a cerrar juegos como lo hicieron a principios de la temporada cuando corrieron para 90 de sus 169 yardas contra Texans.

Tienen 7 partidos para intentar arreglar eso.

El juego terrestre de Steelers esta desaparecido en este punto de la temporada y si quieren llegar al Super Bowl, tendrán que encontrarlo. Las defensas sabrán que al único que deben de frenar es a Roethlisberger y cuando sepan cómo, ahí empezarán los problemas para los únicos invictos de la NFL.