Foto: Getty

Le costaron muchas carreras para conseguir lo que todo piloto de la F1 quiere, su primera victoria en el mayor circuito del mundo motor. Leclerc ganó el GP de Bélgica y con ello empieza a marcar su historia como uno de los prospectos más fuertes para llegar a llevarse un campeonato en esta competencia.

Además, le dedicó la victoria a Anthoine Hubert.

Un día antes de que se llevar a cabo esta carrera, todos los pilotos y todo el mundo del automovilismo estaban de luto con el fallecimiento de un compañero perteneciente a la F2. Hubert era un piloto francés que sufrió un percance durante las pruebas de clasificación y desgraciadamente perdió la vida a los 21 años.

El GP de Bélgica empezó con un homenaje a este joven que vio su carrera estancada a tan corta edad. Todos los pilotos de la F1 guardaron un minuto de silencio antes de la carrera y además pusieron imágenes y frases en sus monoplazas para rendirle el homenaje que se merecía.

 

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El piloto perdió la vida a los 22 años tras un accidente en el circuito Spa-Francorchamps de Bélgica. Descance en Paz.

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Era de esperarse que la victoria también fuera para él.

Leclerc no solo se la dedico por ser compañeros en este deporte, para él significó algo más. Ambos pilotos habían compartido tantas batallas y momentos cuando eran niños en el karting antes de dar el salto a los monoplazas, juntos fueron creciendo hasta llegar a cumplir su sueño de llegar a la competencia más grande del mundo motor.

De todos los que corrieron en Bélgica, Leclerc era el más afectado, pero sus ganas de ganar nunca disminuyeron. Sus llantas estuvieron a punto de explotar, las llevó al límite, tal como sus emociones al enterarse del fallecimiento de su compañero. ¿Lo peor de todo? Hamilton le pisó los talones gran parte de la carrera.

Logró mantener los 6 segundos de ventaja que tenía con Lewis durante 7 vueltas

El británico también estaba al límite con sus llantas, así que Leclerc aprovechó eso y se llevó su primer lugar de su historia en la F1. A lo mejor no será momento para festejar como él quisiera, pero en gran parte sabe que su amigo estuvo ahí con él para que lo lograra.

Leclerc ganó el GP de Bélgica y terminó levantando su dedo hacia el cielo, donde señaló a Anthoine, Hervé (su padre) y Jules (su padrino). Lo hizo por todos ellos, porque sabe que está es solo la primera de muchas más por ganar y todas serán por ellos y para ellos.