Tras la salida de Mike McCarthy de los Packers, quedó más que claro que tener a un QB como Aaron Rodgers no es una tarea sencilla y poco sabía Matt LaFleur a lo que se estaba metiendo. Logró convencer al equipo de que era el indicado para poner a andar la ofensiva, pero en el inicio de la temporada no ha podido demostrarlo.
Su comienzo con Aaron Rodgers y la ofensiva de los Packers parece muy familiar.
Dejaron ir a su entrenador en jefe de años, con la esperanza de volver a convertir a la franquicia es una de las más poderosas en el ataque. ¿Se equivocaron en la decisión? Las 4.3 yardas por jugada de Green Bay son la tercera marca más baja de la liga, superando solo a los ‘tristes’ Jets y Dolphins.
Muchos lo atribuyen a que se han enfrentado a 2 defensivas que son de las mejores, así que podría ser bueno darles el beneficio de la duda. El problema es que las jugadas no se ven diferentes, de hecho parece como si McCarthy siguiera al mando.
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¿Qué es lo que están haciendo actualmente?
La capacidad del entrenador novato de usar cada yarda del campo ha creado las oportunidades de cobertura única que su QB entiende cómo explotar. El ejemplo más claro es cuando encontró a Gerónimo Allison con un dardo en la zona de anotación para tomar una ventaja de 14-0 contra los Vikingos en la Semana 2.
Aunque no hay nada extraordinario en ese tipo de jugadas, la función principal es enviar dos receptores profundos mientras dejaba tres otros objetivos para extender el campo con rutas cortas y jalar marca un poco. Parece no haber diferencia en el sistema de juego de su exentrenador en jefe.
oooooh Geronimo Allison got UP for this one pic.twitter.com/cHwQJzh2Ji
— Christian D'Andrea, Rumple Minze spokesperson (@TrainIsland) September 15, 2019
No es que no funcione, solo que no siempre lo hace.
Estas jugadas confunden a la defensiva y crean brechas, pero simplemente no son especialmente complejas, por lo que Green Bay ha tenido problemas para llevarlas a cabo durante todo el partido. Si los apoyadores y los cornerbacks no terminan cubriendo al tipo equivocado, la oportunidad nunca aparece.
El lanzamiento de Rodgers, tiene como promedio 7.6 yardas en el aire, cifra parecida a los 7.8 que promedió en los últimos cuatro años de la era McCarthy. LaFleur fue llevado para cambiar eso, pero hasta el momento no se ve por donde.
Llegó como alguien que puede aprovechar el ataque aéreo que se ha apoderado de la NFL, pero también llegó con la reputación de dejar a sus mariscales de campo vulnerables, sobre todo porque Rodgers se tarda en deshacerse del balón 3.1 segundos.
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Parece que Mike McCarthy sigue afectado a los Packers, pero será trabajo de Rodgers y sobre todo LaFleur, el construir las ventanas que Rodgers puede abrir con su brazo. Hasta ahora, parece ser un camino largo, pero no imposible.