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Ha jugado en los Raiders y los Cowboys, en ambos ha demostrado su talento, convirtiéndose en parte fundamental de esas ofensivas. Pareciera que el destino le tenía preparado su camino hacia la NFL, aunque no siempre fue así por qué la historia de Amari Cooper pudo haber terminado de manera diferente.

Actualmente es el receptor principal de los Dallas Cowboys.

Lleva dos temporadas con los de la ‘estrella solitaria’ y en ese corto tiempo, se convirtió en el objetivo favorito de Dak Prescott. La historia fue la misma con los Raiders, su primer equipo en la NFL, ya que durante 3 años demostró ser uno de los mejores receptores de la liga.

Acaba de firmar un contrato millonario con Dallas y todo parece estar bien en la vida de Amari Cooper, pero la realidad no siempre fue así. Tuvo una infancia complicada, la cual siendo el menor de cinco hermanos, tuvo que sobrellevar con un solo par de zapatos.

 

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I had visions of the reaper coming, these are the repercussions.

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Les llamaba los ‘zapatos que hablan’.

La razón por la cual tenían ese nombre era por qué la suela se separó del resto del zapato y cada vez que caminaba parecía que estaban hablando. Ahora imaginen, a pesar de estar rotos, tener que usarlos para la iglesia, pero también para la escuela y para jugar futbol americano.

«Mi madre solía comprar superpegamento para volver a pegar la pieza», dijo Cooper. «Pero estaba jugando al futbol … así que temblaba y corría. Siempre volvían a soltarse y se veía el pegamento. Es un poco divertido ahora, pero todos se burlaban».

A pesar de que su madre trabajaba todos los días, no podía comprarle otro par.

Cooper asistió a The Barnyard, una organización sin fines de lucro que ofrece programas gratuitos de verano y después de la escuela. El receptor lo describe como su segundo hogar, por que además de que pasaba gran parte del tiempo en ese lugar, también se enamoró del futbol americano ahí.

Cooper dijo que jugar como receptor siempre le pareció natural. Jugó en South Florida Express y se destacó de inmediato, formó parte de un grupo que fue a campamentos de verano en campus universitarios y cuando llegaron a Tuscaloosa, Alabama, el legendario entrenador de Crimson Tide, Nick Saban, había oído que el receptor dominaba.

 

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If you don’t quit the Lord will bless you.

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Saban ha dicho que se marchó pensando que «este tipo puede ser el mejor receptor que hemos tenido en nuestro campamento, y hemos tenido algunos realmente buenos». No se equivocó por qué años después, Cooper ahora posee los principales registros de recepción en Alabama y fue finalista del Trofeo Heisman en 2014.

Todo esto lo logró con una sola motivación, su madre.

Cooper ya estaba comprometido con Alabama cuando su madre lo vio jugar por primera vez. No podía asistir a los juegos de la secundaria porque siempre estaba trabajando, aún así sabe que era su fan #1, por ello, su primer compra importante al llegar a la NFL fue una casa para ella y después una Range Rover. Nunca más quiere ver a su madre en la pobreza.

Hoy en día, Amari Cooper superó todos esos obstáculos (tener un solo zapato, la pobreza y no tener a su madre cerca) y su historia cambió completamente, convirtiéndose en una pieza clave de los Cowboys y en uno de los mejores receptores que tiene la NFL actualmente.