Deshaun Watson se ha establecido como uno de los mejores mariscales de campo de la NFL en las últimas temporadas, pero la realidad es que nada de eso hubiera sido posible si no hubiera tenido como receptor a DeAndre Hopkins en los Houston Texans y es por eso que cuando habló de la salida del receptor, no lo dijo con una sonrisa en el rostro.
Eran una de las mejores duplas de la NFL.
Hopkins llegó a la liga en 2013, pero fue hasta 2017 con la llegada de Watson cuando sacó todo su talento. El cuatro veces seleccionado al Pro Bowl tuvo un promedio de 105 recepciones, 1,372 yardas y 10 touchdowns en cada una de las últimas tres temporadas. Tuvo 104 recepciones, 1,165 yardas y siete touchdowns en 2019.
Ningún otro jugador de los Texans tuvo más de 49 recepciones y 670 yardas el año pasado. Watson ha llevado a Houston a títulos consecutivos de la AFC Sur y la franquicia ganó su primer juego de playoffs desde 2016 la temporada pasada, nada hubiera sido posible sin Hopkins.
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Será la primera temporada en la que no estarán juntos.
Cuando empezó la temporada baja, uno de los movimientos más sorpresivos fue cuando los Texans intercambiaron a Hopkins a los Arizona Cardinals a cambio del corredor David Johnson, quien en 2018 tuvo 1,386 yardas de scrimmage y 10 touchdowns totales.
El cambio tomó por sorpresa a todos, incluido el mariscal de campo de los Texans. «Si me dolió cuando dejamos ir a ‘Hop’. Ese es mi hermano, mi familia», comentó Watson. Será complicado ver a cada uno sin el otro, porque lograban hacer magia en el emparrillado.
Aún así está concentrado en el futuro.
A pesar de que cuando Deshaun Watson habló de la salida de DeAndre Hopkins, no lo hizo con felicidad, aseguró que está «ansioso» por esta temporada «especialmente con las nuevas incorporaciones» a la plantilla de Houston.