Presionar al mariscal de campo es clave para poder dictar el ritmo de un partido, porque si atacas al alma de la ofensiva, tendrán que mover todo su sistema. Eso es lo que hace de manera excelente la línea defensiva de los 49ers porque con el talento que tienen, podrían ser el factor para ganar el Super Bowl LIV.
Son algo totalmente distinto a lo que fueron en 2018.
Bueno, todo el equipo lo fue, acabaron 4-12. Aunque la línea ofensiva tuvo un cambio drástico, lograron solo siete pérdidas de balón en 2018, la menor cantidad registrada para cualquier equipo en la historia de la NFL. Fue la peor temporada en esa categoría en los 100 años que lleva la liga.
Sabían que debían arreglar eso, por lo cual el Gerente General John Lynch no escatimó en reforzar su línea defensiva. Todo empezó a mediados de marzo de 2019 y desde ese entonces no han bajado de nivel, al punto de que podrían ser la clave para ganar el Super Bowl.
Football is great
This is a beautiful Nick Bosa run stop
He has a perfect three point stance
I have no idea what this David Bakhtiari two point stance is though
This is some third eye happy frog hip stretching pic.twitter.com/bq47s9mmK6— Matt (Double__Underscore) Weston (@Matt__Weston) January 30, 2020
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Los cambios que hicieron en la temporada baja fueron un factor importante.
Lynch cambió la selección de segunda ronda de San Francisco 2020 a los Jefes de Kansas City por el corredor de pase Dee Ford, quien lideró la liga en 2018 con siete balones sueltos forzados. Esa misma semana firmó al exapoyador de los Buccaneers, Kwon Alexander, por un contrato de cuatro años y 54 millones. Solo para que 6 semanas después, los 49ers usaron el pick #2 en el draft para seleccionar a Nick Bosa, fácilmente el ganador a ‘Novato Defensivo del Año’.
Bosa y Ford se unieron a una línea defensiva que ya tenía tres selecciones de primera ronda, incluida la no. 17 en 2015 (Arik Armstead), el no. 7 en 2016 (DeForest Buckner) y el no. 3 pick en 2017 (Solomon Thomas). En solo 4 años habían formado una línea defensiva de temer.
Dee Ford. Difference maker.
(Via @49ers) pic.twitter.com/UKWCLhbItu
— PFF SF 49ers (@PFF_49ers) January 11, 2020
Desde el principio se vió lo dominante que serían.
En el primer encuentro interceptaron 3 pases, de Jameis Winston, pero después de cuatro juegos, estaban en 11 recuperaciones de balón. San Francisco terminó con 27, la sexta más en la liga y 20 más que en 2018, ninguna línea defensiva parecía poder pararlos.
«La velocidad y la violencia afectan al quarterback y hacen que las personas hagan cosas estúpidas antes de tiempo», dijo Kyle Shanahan, entrenador en jefe de 49ers. «Ambos muchachos [Ford y Alexander] tienen mucha velocidad y ambos juegan muy violentamente».
Su presión al QB fue clave.
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Presionaron al mariscal de campo a un ritmo más alto que todos los equipos, excepto los Steelers. San Francisco tuvo la segunda tasa de presión de mariscal de campo más alta. Los 49ers estaban cómodos presionando con solo 4 jugadores contra una línea ofensiva de 5.
Capturaron a los quarterbacks con la tercera tasa más alta, estuvieron empatados en la segunda mejor defensa en tercera oportunidad (33.3 por ciento de conversión) y permitieron las yardas por pase más bajas por intento (5.9) en la liga.
El verdadero reto de los 49ers será en el Super Bowl LIV, porque tendrán enfrente a Patrick Mahomes, uno de los mariscales de campo más elusivos de la NFL, pero si Nick Bosa, Kwon Alexander y Dee Ford pueden presionarlo, sin duda la línea defensiva debería ganar el MVP del partido (si es que eso se pudiera).