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Para llegar a la cima es necesario sacrificar muchas cosas, además de que la disciplina debe convertirse en tu ‘mejor amigo’. Alguien que entendía y aplicaba muy bien ese lema era Michael Jordan, aunque a veces podía pasarse un poco de la raya y no con él mismo, sino con sus compañeros, porque el castigo que le imponía a Horace Grant no era de este mundo.

El documental ‘The Last Dance’ ha generado mucha polémica.

La historia acerca de la última temporada de Jordan con los Bulls no solo ha mostrado el camino hacia el sexto campeonato, también ha dejado ver que las cosas en el vestidor y fuera de él no eran tan bonitas como parecía. El exjugador dijo que el documental podía dañar su figura y eso está empezando.

Lo primero que dejó ver un lado de Jordan que no muchos conocían fue su amor por las apuestas, después que según por su culpa, Isiah Thomas no pudo ser parte del ‘Dream Team’ de los Juegos Olímpicos de 1992 y ahora, resulta que también tenía problemas con sus compañeros.

 

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El castigo de Michael Jordan a Horace Grant es la polémica más reciente.

Según nueva información sobre ‘Su Majestad’, le quitaba la comida a Horace Grant cuando consideraba que su compañero había jugado un mal partido. Es cierto que Jordan era conocido por su competitividad y que llevaba al límite a sus compañeros para ser mejores, pero a veces podía exagerar un poco.

Sam Smith, el autor de ‘The Jordan Rules’, donde habla sobre temas delicados de Jordan, aseguró que al entrevistar a los jugadores de los Bulls, hubo quienes le dijeron: «¿Sabes lo que hizo? Se llevó la comida de Horace Grant en el avión porque había hecho un mal partido«. Además, le decía a las azafatas que no le dieran porque no lo merecía.

¿Jordan era un dictador en los Bulls?

No se necesita ser un genio para saber que Michael era el mejor jugador del equipo, así que muchas cosas se hacían como él decía, pero con la serie documental que le está dando la vuelta al mundo, la imagen que se tenía del exjugador podría cambiar, porque al final no era tan perfecto como aparentaba, al menos no fuera de la duela.