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Los mejores deportistas de toda la historia son recordados por miles de momentos que los convirtieron en leyendas, aunque siempre habrá uno que sobre salga de los demás. En el caso de Michael Jordan, se trata del famoso tiro que se le conoce como ‘The Shot’, el cual 31 años después de hacerlo, sigue siendo único.

Fueron tres segundos que duraron una eternidad.

Michael Jordan reinventó la forma de ver el básquetbol y no solo por sus jugadas únicas, sino porque partido tras partido demostraba que volar era una posibilidad, pero sobre todo que un partido nunca estaba definido hasta que el reloj estaba en ceros.

A lo largo de toda su carrera, fueron muchos tiros los que definieron encuentros importantes, pero el primero y para muchos el más importante ocurrió el 7 de mayo de 1989 en el Richfield Coliseum de Cleveland en el partido que pondría a los Cavaliers o a los Bulls en la siguiente ronda de los playoffs.

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Parecía que Jordan se suspendió en el aire.

Con tres segundos en el reloj, Jordan amagó varias veces a Craig Ehlo, después procedió a cambiar de dirección, se fue hacia la línea de tiros libres y ahí fue cuando hizo historia. Saltó y su defensivo hizo lo mismo, pero Jordan estuvo el tiempo suficiente en el aire para evitar el bloqueo y anotar un tiro que significaba el pase a segunda ronda de playoffs.

La celebración es tan recordada como el tiro. Ehlo, el encargado de la tarea titánica de detener a Jordan, se desplomaba en la banda, mientras que el mejor jugador de la historia saltó mientras lanzaba el puño al aire y todos sus compañeros se acercaban a celebrar.

Han pasado 31 años del famoso ‘The Shot’ de Michael Jordan.

Para los que lo vivieron, fue algo que aún recuerdan y los que no, el simple hecho de verlo, sigue poniendo la ‘piel chinita’ a cualquiera. El tiro perfecto, el que para muchos marca el momento donde Jordan empezó su camino para convertirse en leyenda.

De ahí en adelante, la NBA se unió, las rivalidades desaparecieron y todo para una meta en común, detener a Michael Jordan. Los esfuerzos fueron espectaculares, al punto de que algunos casi lo logran, pero hasta el final de su carrera en la NBA, fue algo imposible. Jordan era imparable y ese tiro fue la prueba de ello.

 

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Michael Jordan celebrates with his father James Jordan in the locker room, after winning game 5 of the 1991 NBA Finals. (June 12, 1991) ?: @adbphotoinc

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