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Algunos lo consideraron como el ‘GOAT’, pero su poca efectividad en los últimos años hace que ese pensamiento sea cada vez menos acertivo. Sin duda es un futuro Salón de la Fama, pero eso no quiere decir que la carrera de Aaron Rodgers no corre peligro.

Sus números son buenos, pero no para ser el mejor de la NFL.

Es uno de los nueve jugadores que ha ganado múltiples premios MVP y su victoria en el Super Bowl XLV asegura que nunca será visto como leyendas que terminaron su pase por la NFL sin anillos, por ejemplo  Dan Marino, Fran Tarkenton y Jim Kelly. 

2016 fue su mejor año con 4,448 yardas, 40 TD y un rating de pasador de 104, pero aún así no logró llegar al Super Bowl, ya que la única ocasión que lo consiguió fue en 2010 cuando ganó el primer MVP de su carrera. El problema es que sus momentos de gloria no son constantes.

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Su éxito es individual, pero cuando se trata del equipo no es mucho.

El hecho de que ahora ha pasado nueve temporadas consecutivas en su mejor momento sin hacer una aparición en el Super Bowl podría empañar su legado. Se le empezaría a ver como un QB promedio que era bueno algunos años, o que solo sabía lanzar pases de ‘Ave María’ de vez en cuando. 

Desde su aparición en el Super Bowl, la superestrella de los Packers tiene solo seis victorias en playoffs en sus otras 11 campañas como titular. Registró una calificación de pasador de 112.6 mientras ganaba cuatro de sus primeros cinco partidos de playoffs en su carrera, pero desde entonces, ha ido 6-7 con una calificación de 95.4. 

Muchos le echan la culpa a Mike McCarthy.

El ahora entrenador en jefe de los Cowboys, estuvo de 2006 a 2018 con Green Bay y bajo su mando, la ofensiva a menudo carecía de imaginación y creatividad, lo cual ejercía demasiada presión sobre Rodgers. Se esperaba que con Matt LaFleur fuera diferente, pero no cambió mucho. 

Su derrota en la Final de Conferencia de la NFC contra los 49ers fue la prueba de ello. Se convirtió en el primer QB en llegar a 0-3 en los juegos de campeonato en un lapso de seis años desde Donovan McNabb cuando lo hizo en 2001-2003.

Su ‘poder ofensivo‘ se convierte en otro en playoffs.

Año tras año es la misma historia. Green Bay logró solo 21 puntos en una derrota del Campeonato de la NFC ante Atlanta Falcons en 2016, además hizo solo 20 en una derrota en la ronda divisional ante Arizona en 2015 y sumó  22 en una derrota por el título de la conferencia ante los Seahawks en 2014. ¿63 puntos en tres años?

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No solo es culpa de Rodgers, pero sí tuvo mucho que ver, porque completó solo el 56.9 por ciento de sus pases en esas tres derrotas en partidos fundamentales de playoffs. Algo de lo que sus compañeros pasados que ocuparon su posición nunca sufrieron. 

Primero Bart Starr ganó cinco campeonatos de la NFL y dos Super Bowls, después Brett Favre también tiene solo un anillo, pero llevó a los Packers a dos Super Bowls y fue MVP y All-Pro del primer equipo tres veces en lugar de dos.

Además, las lesiones no le han ayudado.

Antes de fracturarse la clavícula en 2017, tenía una calificación de pasador de 104.1. Desde entonces, su índice de pasador se ha desplomado a un nivel de 95.6. Podría volver a emerger como un mariscal de campo de élite a sus 37 años, pero pocos mariscales de campo tienen una longevidad a nivel de Tom Brady o Brett Favre. 

Es cierto que la carrera de Aaron Rodgers corre peligro y es más probable que termine como Aikman, Bradshaw, Joe Montana o John Elway, quienes no llegaron a los 40 en la NFL. Si ese es el caso, es posible que nunca lo vuelvan a ver en un Super Bowl y sin otro de esos momentos, no puede ser considerado el GOAT.