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Múltiples selecciones han quedado eliminadas en sus respectivos procesos clasificatorios rumbo al Mundial de Catar 2022, pero tres casos llaman la atención por el hecho de haber competido en la más reciente edición de Rusia 2018.

Se trata de dos europeas y una centroamericana.

Este fenómeno no es nada más que una prueba de lo complejo que es garantizar un lugar en la justa de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) y que el cambio generacional de cada representativo influye considerablemente.

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La primera de las selecciones que disputaron el Mundial de Rusia 2018 y no estarán presentes en Catar 2022 es Islandia, que sorprendió llegando hasta cuartos de final de la Eurocopa de Francia 2016 y que fue el peor del Grupo D del torneo de hace cuatro años.

El anfitrión de aquel evento tampoco estará en el que se aproxima.

La situación de los rusos va mucho más allá de lo deportivo: la FIFA decidió dejarlo fuera de su certamen más importante debido al conflicto político con Ucrania; debían enfrentar a Polonia en el repechaje de la Unión de Asociaciones Europeas de Futbol (UEFA).

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El otro país que tampoco pudo sellar su boleto, a diferencia de la última competencia, es Panamá: la goleada de 5-1 que le propinó Estados Unidos lo dejó sin posibilidad de ir siquiera a la repesca.

Rusia 2018 ha sido la única participación de los nórdicos y los ‘Canaleros’.

Esas son las tres selecciones que asistieron al más reciente Mundial y que fueron eliminadas rumbo a Catar 2022; serán acompañadas por el perdedor de la llave entre Senegal y Egipto como representantes de la Confederación Africana de Futbol (CAF).

Hay otras que correrían con la misma suerte: Portugal, Polonia, Perú, Colombia, México, Costa Rica, Nigeria, Marruecos, Túnez y Australia. En el caso de los de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y El Caribe de Futbol (Concacaf), solo uno se sumaría a la lista.