La corta y turbulenta etapa de Santiago Solari al frente del cuadro blanco llegó a su fin después de 133 días en el cargo. La salida de Solari del Real Madrid se propició en gran medida por varias decisiones que lo llevaron al precipicio.
Su primera toma importante al agarrar las riendas del equipo fue mostrar personalidad para acabar con las concesiones en la plantilla, situación que trajo problemas al interior del grupo.
En apenas 4 meses, el ‘Indiecito’ tuvo desavenencias con pesos pesados del vestuario.
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La primera decisión importante fue la que adoptó con Isco Alarcón que fue un pilar indiscutible tanto en la etapa de Zidane como en la de Lopetegui. La relación entre el técnico argentino e Isco fue insostenible, en primer lugar fue relegado a la banca y luego a la grada.
Algo parecido sucedió con Marcelo, uno de los capitanes del equipo que fue perdiendo la titularidad por su bajo estado de forma.
Gareth Bale y Keylor Navas también perdieron protagonismo, Vinicius y Courtois tomaron la estafeta.
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Otro error muy costoso fue casarse con un mismo once en el momento clave de la temporada.
En los 2 Clásicos ante el Barcelona y en el encuentro de vuelta de los Octavos de Final de la Champions League utilizó prácticamente la misma alineación que acabó desfondada.
Dejó en la banca a elementos de experiencia como Bale, Isco y Marcelo que pudieron aportar mucho.
La falta de autocrítica castigó mucho al estratega argentino que se lanzaba sobre el VAR, al calendario o lo que hiciera falta para evadir responsabilidades.
Los resultados también fueron determinantes para despedirlo, el conjunto ‘Merengue’ sufrió las 2 peores derrotas de su historia en Europa en condición de local.
Solari se va con un balance de 22 victorias, 2 empates y 8 derrotas en 32 partidos dirigidos. 6 de estos descalabros fueron en el Santiago Bernabéu, situación que generó que la afición nunca lo respaldara.