Romario fue uno de los delanteros más letales en la historia del fútbol brasileño y mundial. Su capacidad para definir en espacios reducidos, su velocidad en el uno contra uno y su frialdad en el área lo convirtieron en una auténtica leyenda del gol.
Brilló con clubes como Vasco da Gama, PSV Eindhoven, y sobre todo con el FC Barcelona, donde fue una figura clave bajo el mando de Johan Cruyff. Con la selección de Brasil, fue campeón del mundo en 1994, siendo el mejor jugador del torneo y figura indiscutible del pentacampeonato.
Romario no solo hizo goles, también dejó huella con su estilo único.