Los primeros partidos de Gabriel Milito al frente de las Chivas han dejado más dudas que certezas. El técnico argentino llegó con mucha ilusión y un discurso ambicioso, pero en la cancha el equipo no ha mostrado una idea clara de juego. La falta de gol y la desconexión entre líneas han provocado un arranque preocupante.

Aunque la directiva de Guadalajara ha reiterado públicamente su confianza en el proyecto, la afición empieza a impacientarse. Los errores defensivos continúan apareciendo y el equipo luce frágil anímicamente, repitiendo algunos patrones de campañas anteriores que terminaron en fracaso.

Hay tiempo para reaccionar, pero si no llegan resultados pronto, el panorama puede tornarse oscuro para Milito. Chivas no sólo necesita puntos; necesita identidad, carácter y liderazgo dentro del campo. ¿Podrá revertir la situación?