La Selección Mexicana ha regalado alegrías, pero también ha dejado cicatrices imborrables en la afición. Uno de los golpes más duros ocurrió en el Mundial 2002, cuando México cayó 2-0 ante Estados Unidos en octavos de final, en una derrota que dolió por la rivalidad y la oportunidad desperdiciada.
En Alemania 2006, Maxi Rodríguez le arrebató el sueño mundialista con un golazo en tiempo extra que dejó sin reacción a Oswaldo Sánchez y hundió al «Tri». Pero si hay una herida que sigue abierta, es el famoso «No era penal» de Brasil 2014, cuando una polémica decisión arbitral eliminó a México ante Países Bajos.
Tres momentos que marcaron a la afición mexicana y que siguen siendo recordados con frustración. ¿Cuál consideras el más doloroso?