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La historia de Francesco Totti es muy interesante. El último ‘gladiador’ de la Roma no sufrió bastante como otros futbolistas que salieron de los barrios o que dejaron de ver a sus familias por un largo tiempo para conseguir su sueño. A este crack le bastó tener el apoyo de sus padres y hacer brillar sus cualidades futbolísticas para llegar al éxito.

El ‘Capitano’ se convirtió en leyenda.

Desde pequeño el futbol fue lo más importante para él, gracias a que su familia le inculcó este deporte. De hecho, sus padres siempre fueron aficionados del AS Roma y nunca dejaron de imaginarse a su hijo pateando la pelota con la casaca de este club.

Con el paso del tiempo, el sueño se hizo real para el ‘Bimbo de Oro’ y sus padres. A los 16 años comenzó su historia con la escuadra más emblemática de la Capital de Roma. Nadie se imaginó que Totti se convirtiera en un jugador histórico.

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La futura estrella de la ‘Loba’ nació en la Capital de Italia, el 27 de septiembre de 1976.

La carrera de este crack inició a los 8 años en el Fortitudo Luditor, club local de la Ciudad de Roma, posteriormente, pasó a equipos como Smit Trastevere en 1984 y Lodigiani en 1986. Su talento fue tan atractivo que llamó la atención de 2 clubes de la Serie A.

El Milán y la Lazio lo buscaron, pero sus padres rechazaron las ofertas.

El objetivo siempre fue que jugara en la Roma. A los 13 años se integró a las juveniles de la ‘Loba’ y cumplió el sueño de sus padres, que quedaron encantados y felices. Así que a partir de ese momento, la meta de Francesco fue ser como su ídolo Giuseppe Giannini.

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Rápido brilló en las fuerzas básicas de la ‘Magica’ para dar el brinco al primer equipo, luego de que Vujadin Boskov quedara fascinado. El mítico jugador de la Roma le ayudó. Debutó en la temporada 1992/93 ante Brescia a los 16 años.

Un año futbolístico después convirtió su primer gol, momento que nunca olvidará. Pasaron las campañas del futbol italiano y uno de los mejores momentos con los ‘Giallorossi’ fue cuando recibió la oportunidad de ser el número 10.

Su regularidad y calidad de juego lo llevaron a la Selección.

En 1998 recibió su primera convocatoria con la Nazionale y ese mismo año debutó. Pero tiempo después, su juventud lo dejó fuera del Mundial de Francia de 1998. Un duro golpe que logró superar.

Pasó el tiempo, y la vida le dio más oportunidades. Jugó un par de mundiales (Corea-Japón 2002 y Alemania 2006) y fue en el Mundial de Alemania donde salió campeón, consagrando así su carrera con un trofeo que pocos puedan alcanzar.

Pasaron los años y su historia continúo con la ‘Loba’. Durante 25 temporadas, logró 1 Liga, 2 Copas y 2 Supercopas. Además, nadie como él vistió más veces la playera de la ‘Magica’ y anotó más goles en club. Aunque sea difícil de creer, es el máximo goleador de la Roma, con 307.

De esta manera fue como los aficionados le tienen un gran respeto. Como todo gladiador romano dejó su nombre grabado en oro en el Olímpico de la Capital italiana. ¿Te imaginaste así la historia de Francesco Totti?

Como dato, el Real Madrid lo buscó en varias ocasiones, pero el amor hacía la Roma impidió que llegara a los ‘Galácticos’.