Cruz Azul se volvió a quedar a las puertas de otro título de liga y las miradas apuntan directamente a un solo objetivo: Pedro Caixinha, que es señalado como el principal culpable de otro fracaso celeste, y sí el portugués tiene en parte culpa de todo esto, pero la gestión de Caixinha en Cruz Azul no ha sido mala.
La sequía de títulos sigue viva en La Noria.
Ricardo Peláez prometió a su llegada hace 1 año que en el corto plazo Cruz Azul iba a lograr un título de Liga MX y lo reafirmó respaldando a Pedro Caixinha.
La afición ha pedido la cabeza del técnico, lo condenan como el culpable tras la caída con el América y es lógica la molestia de una afición que no ha visto un campeonato en 2 décadas, pero Ricardo Peláez reafirmó el trabajo del luso de cara al futuro.
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El respaldo de la directiva hacia su técnico es total y a pesar de que el ansiado título de liga no ha llegado, los resultados se han presentado y el rendimiento del plantel ha sido el adecuado desde el arribo del técnico portugués en diciembre de 2017.
En año y medio Caixinha ha logrado revertir la historia reciente del club.
La ‘máquina’ estaba acostumbrada a no clasificar a Liguilla y con el portugués ya ganó una Copa MX y ha sido finalista de la liga en una ocasión.
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La llegada de Ricardo Peláez le dio mucho respaldo al proyecto y arribaron refuerzos de calidad como Pablo Aguilar, Orbelín Pineda, Igor Lichnovsky y Yoshimar Yotún.
En 75 partidos tiene un balance positivo de 35 triunfos, 21 empates y 19 derrotas.
El estratega ha devuelto la competitividad que no tuvo este club en mucho tiempo y la afición lo castiga, pidiendo su cabeza por no haber logrado el título. No tiene sentido.
De cara al Apertura 2019 la máquina buscará apuntalar posiciones específicas que mejoren el nivel de la plantilla y que le den sustento al proyecto de Pedro Caixinha al frente de Cruz Azul.
Un portero, un lateral derecho, un mediocampista y dos delanteros son las prioridades de la directiva.