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¿Cómo olvidar a esos Acereros del 2017 que pintaban para cosas grandes? Le’Veon Bell, Ben Roethlisberger y Antonio Brown lideraba a un equipo que parecía invencible con una temporada 13-3. Poco sabían que un año después estarían cayéndose a pedazos en la historia, lo bueno es que no todo está perdido porque JuJu Smith-Schuster es esa esperanza que los Steelers necesitan actualmente.

Todo empezó con la historia de Bell.

El corredor decidió sentarse todo el 2018 y después irse a los Jets, luego Antonio Brown se convirtió en una ‘diva’ y pidió su salida de los Steelers (solo para terminar sin equipo en la NFL), como si todo eso fuera poco, también perdieron a Ben Roethlisberger que sufrió una lesión en el codo que terminó su temporada en la semana 2 del 2019.

Una cadena de eventos desafortunados hizo que JuJu fuera la única estrella que seguía en pie, la cual aún tiene toda la esperanza de devolverle esa gloria a una de las franquicias con más historia en la NFL. ¿Tendrá lo suficiente?

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Su actitud es la clave para regresarlos a la cima.

Cualquier otro jugador ‘novato’ se habría hecho chiquito al saber que ahora todo el peso estaba sobre sus hombros, que de un día a otro se convirtió en la nueva estrella. JuJu no lo hizo, su forma de ser y ganas de ser mejor solo aumentan. «Estoy tratando de ser el mejor de los mejores», comentó. 

Los Steelers podrían demostrar ser un equipo en negación, sangrando con cada jugador caído y posponiendo el sumar victorias, pero hay una razón para esperar que eso no suceda: una nueva cara de la franquicia que con 22 años les recordará a todos que cuando una generación de estrellas se desvanece en Pittsburgh, otra emerge. 

 

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Su nombre ya es conocido en todos lados.

Todos lo ubican, además de sus jugadas de ensueño, por su cuenta de Instagram, de Twitter, su amor por los videojuegos y hasta por hacerle redes sociales a su perro, Boujee (tiene 223 mil seguidores), pero ese JuJu, ese amoroso jugador, no es lo que los Steelers necesitan.

Eso es solo la superficie, lo que todo mundo ve-sin ser aficionado del equipo-. Smith-Schuster tiene más que una simple aplicación en su celular. Una sustancia y una dureza, todo lo que la ciudad de Pittsburgh aprecia y él es sobre quien los Steelers pueden construir.

Todos recordarán el golpe a Vontaze Burfict donde lo dejó casi inconsciente y de ahí se volvió un ídolo, por fin alguien le dio su merecido al eterno rival de los Steelers. Bueno, ese JuJu es el que el equipo necesita, el mismo que tuvo que pasar por muchas cosas que lo llevaron a lo que es hoy en día.

Eso se lo debe 100% a su familia.

JuJu tiene ascendencia Polinesia y de Samoa, personas que lo formaron a como es. Sus padres perdieron su trabajo cuando era joven y tuvo que irse a vivir con sus abuelos, a una casa donde vivían otras 22 personas más, pero a pesar de eso nunca perdió la motivación de salir adelante.

El receptor de los Steelers nunca tuvo una cama hasta que llegó a la universidad en USC, dormía en el piso de la casa de su abuela, así vivió por 8 largos años. Cada niño tenía una manta y una almohada, y eso era suficiente.

La comida también era escasa y debían de compartir en todo momento, por esa razón, él nunca pedía nada y se conformaba con lo que tenía. Bueno, lo único que alguna vez pidió fue un PlayStation que costaba 250 dólares y su abuela le dijo que le daría 20 cada vez que anotara un TD.

En su siguiente partido logró 5 anotaciones y ese día cambió su vida para siempre, ahí nació el jugador en Smith-Schuster, y fue cuando aprendió una valiosa lección: siempre había que ganarse todo, nada sería regalado. 

La historia de JuJu Smith-Schuster en el futbol americano empezó antes de los Steelers.

Tuvo 143 atrapadas para 2,178 yardas con 15 touchdowns en su carrera en USC, junto con 15 regresos de patada para 183 yardas, 3 acarreos para 7 yardas y 6 tacleadas. Sus 143 recepciones de su carrera son el número 13 en la lista de todos los tiempos de la universidad. 

Los Steelers lo reclutaron en el pick general 62 y fue el sexto receptor de ese Draft, solo para demostrar que debió haber estado mucho más arriba. Se convirtió en un líder del equipo en un par de años y ahora está listo para llevarlos a lo más alto.

 

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Ese legado que quiere crear será de un jugador que hizo todo lo posible para ayudar al equipo a ganar, quien se vertió en cada jugada de cada juego. Esas palabras de JuJu no se sienten como un cliché, porque Smith-Schuster tiene las cicatrices para demostrar que puede lograrlo todo. 

Para todos, los Steelers están perdidos, pero para JuJu Smith-Schuster no, porque hay más de él que lo que sube en redes sociales, su historia lo pinta como una persona con el cerebro, el corazón y las ganas de convertirse en uno de los mejores que haya visto la NFL.