Hablar de Filippo Inzaghi es recordar a uno de los delanteros más letales que ha tenido el fútbol italiano. Con una capacidad única para encontrar espacios y definir dentro del área, el atacante marcó una época con clubes como la Juventus y el AC Milan, donde conquistó títulos nacionales e internacionales.
Su presencia en la selección italiana también fue clave, especialmente en el Mundial de 2006, donde formó parte del equipo campeón. Su estilo de juego, aunque a veces criticado por su dependencia del área chica, lo convirtió en un auténtico cazador de goles. Su talento para recibir el balón de espaldas, girar y disparar era una de sus jugadas características.
Inzaghi dejó una huella imborrable en el fútbol y sigue siendo recordado como un delantero de culto, cuya efectividad en la cancha marcó una generación.