El Chelsea se coronó campeón del Mundial de Clubes tras derrotar al París Saint-Germain en una final vibrante. Con una actuación estelar de Cole Palmer, los Blues demostraron que el trabajo en equipo, la disciplina táctica y el carácter pueden más que los millones invertidos en figuras mediáticas. Fue un partido intenso de principio a fin, pero el conjunto inglés supo aprovechar sus momentos clave.

Nadie apostaba por el Chelsea al inicio del torneo. Era el equipo «tapado», sin tanta presión ni favoritismo. Sin embargo, avanzaron con autoridad y vencieron a rivales de peso hasta llegar a esta histórica final. El PSG llegaba como el gran favorito, pero fue superado en todos los sectores del campo. Palmer fue elegido el jugador del torneo por su inteligencia, liderazgo y goles decisivos.

Con este título, Chelsea se despide de un torneo que dejó un grato sabor de boca para la afición de todo el mundo. El nuevo formato del Mundial de Clubes resultó un éxito rotundo, y la FIFA celebra su visión de globalizar el fútbol de clubes. Esta edición dejó emociones, sorpresas y un campeón que ya se ganó su lugar en la historia. ¡El rey del mundo se viste de azul!