Los sueños pueden crearse de la noche a la mañana, pero para cumplirlos se necesita tiempo y, sobre todo, sacrificio. Tener en mente la idea de ser bombero, astronauta o la próxima estrella de la NFL es sólo el principio de un camino lleno de obstáculos. La historia de Diego Ortiz, entrenador mexicano que está en Texas Tech con la meta de hacer historia en el futbol americano, es prueba de ello.
El amor por dicho deporte nació a los 9 años, cuando tocó el ovoide y de ahí en adelante nunca lo soltó. Gamos México fue el club donde jugó toda su vida y el lugar en el que descubrió que su verdadera vocación no estaba dentro de unas hombreras y un casco, sino con una pluma en mano creando jugadas como coach.
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El encontrar su verdadera pasión no fue sencillo, pasaron algunos años y conoció a muchas personas, de ese tipo que sólo se encuentran una vez y cambian tu vida para siempre. Sus entrenadores le inculcaron el amor por la parte táctica del deporte, lo llevaban a ver video para explicarle el porqué de las cosas. Desde los 15 años vieron en Diego ese potencial que hoy en día lo llevó a ser el único mexicano que forma parte del prestigioso programa de futbol americano universitario de Texas Tech.
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Como todos, Diego tuvo sus altas y sus bajas, creció soñando en convertirse en jugador de la NFL, pero su esperanza se fue desmoronando al ver lo complicado que era. A lo largo de la historia son contados los mexicanos que han jugado en la liga como Ronaldo Cantú, Eduardo Castañeda, Manuel Padilla y Ramiro Pruneda, así que sabía que sus posibilidades eran pocas.
En lugar de irse para abajo, decidió enfocarse en la otra parte del deporte de sus amores, esa que involucra descifrar a equipos rivales y crear jugadas dignas de un campeonato.
Para lograrlo, Diego tuvo que dejar México y empezar literalmente de cero en Estados Unidos, el país por excelencia del futbol americano. Una vez ahí, tocó todas las puertas posibles hasta que una se abriera, la cual no tardó mucho, ya que el talento y la dedicación siempre encuentran una manera de salir a flote.
«Siempre tuve la idea de venirme a Estados Unidos, cuando estaba chico la meta era jugar, pero cuando vas creciendo y sabes que eso no va a suceder, no quite el dedo del renglón, para en lugar de ser jugador convertirme en coach».
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Su pase de entrada fue el estudio. Encontró una maestría en Texas Tech que parecía haber sido creada para él: Ciencias y Administración del Deporte, misma de la que se graduó en 2018, convirtiéndose en el primer mexicano en lograrlo.
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Durante todo ese proceso, Diego seguía con una sola meta en la cabeza y siempre con la idea de “ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío”. Fueron muchas puertas las que tocó y claro que no todas se abrieron, pero cuando llegó el momento que había esperado toda su vida, supo aprovecharla al máximo.
El equipo de Texas Tech lo aceptó en la parte de reclutamiento como becario, de ahí en adelante fue tarea de Diego demostrar de lo que estaba hecho y que no se habían equivocado en darle la oportunidad. Sus días se basaban en largas horas de estudio y pocas horas de sueño, pero con tal de aprender del deporte que tanto ama, eso nunca fue una carga para él.
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Aprendió de la estructura del futbol americano universitario en Estados Unidos y demostró que su capacidad es inmensa, ya que tanto solo 1 año después lo ascendieron a Offensive Quality Coach Assistant. En ese puesto le toca la parte de las estadísticas y las tendencias de los reportes de scouts, así como preparar el video con los coaches para verlo con los jugadores.
“Sigo muy involucrado en el reclutamiento y el scout de la defensa con la que vayamos a jugar. Poco a poco me dieron oportunidad de integrarme desde enero del año pasado, me asignaron con los corredores y le echo la mano al coach de RB”.
El sueño de Diego sigue estando presente, porque la meta final aún no se logra, convertirse en entrenador principal de futbol americano profesional. Aunque después de 3 años en Texas Tech, tiene más que claro que no existen imposibles y que, aunque se le crucen situaciones difíciles, la diferencia entre las personas exitosas y las que no, es solo no tener miedo de enfrentarlas.
Esperemos que en un corto plazo volteemos a esta entrevista con Diego al mando de un programa muy importante universitario o en la NFL.