Foto: @LAClippers

Lucen lejanos esos tiempos en los que James Harden era considerado uno de los mejores jugadores de la liga promediando más de 30 puntos por partido y ahora lo que prometía ser un MVP de las finales, terminó siendo una bomba tiempo para los equipos en los que está y a pesar de que el talento prevalece, el compromiso se pone en duda y también su capacidad para liderar un equipo.

Tras la novela de la temporada baja, su salida por la puerta de atrás de los 76ers y la llegada a Clippers, por fin vio minutos en esta temporada de la NBA con su nuevo equipo, pero por más intenciones que tuviera, no fue lo esperado y acabaron cayendo contra los Knicks en Nueva York. sus declaraciones tuvieron un desenlace inoportuno en donde tendrá que mejorar.

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James Harden tuvo un debut amargo con los Clippers.

En su presentación con el equipo de Los Ángeles, Harden declaró lo siguiente: «No soy un jugador de sistema, yo soy el sistema» , cuando se le preguntó cómo iba a encajar con su nuevo equipo comandado por Paul George y Kawhi Leonard. El mensaje fue claro de qué el iba a liderar al equipo cuando al final sucedió todo lo contrario y tiene que trabajar en conjunto.

Con un marcador de 111-97 cayeron con una actuación modesta, apenas 16 puntos, 3 rebotes y 6 asistencias al igual que su compañero Russell Westbrock con quien se vuelve a encontrar tras lo vivido en esa última etapa de Houston. Sin embargo, tiene que volver a una forma física competitiva que le asegure rendir en un equipo que aspira a estar peleando los títulos de conferencia.

Los Clippers pueden sacarle provecho a James Harden en una posición que complemente por supuesto y a partir de ahí activarlo en el poste, tiene una precisión interesante y poder asumirlo a lado de Westbrock e inclusive Kawhi, quien es la gran estrella de este equipo plagado de jugadores que se consideran estrellas. Una tarea muy importante para el resto de la temporada en el equipo.