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Un cambio de entrenador, una buena plantilla con jugadores de nivel y una afición respaldándolos, daba a creer que los Dallas Cowboys iban a tener uno de sus mejores años en la temporada 2020 de la NFL, pero terminó siendo todo lo contrario, una decepción total.

Eran candidatos al Super Bowl.

Jason Garrett, el entrenador que no les pudo dar una sola victoria en playoffs, ya se había ido y llegaba Mike McCarthy, el coach que le dio un campeonato a los Green Bay Packers. Además tenían a Dak Prescott, Ezekiel Elliott, Amari Cooper y mucho talento más para luchar.

Nunca imaginaron que las lesiones terminarían por afectarlos más de lo esperado. En la defensa perdieron a muchos titulares, pero la más dolorosa fue la de Dak Prescott, quien se perdió toda la temporada tras sufrir una fractura de tobillo.

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Desde ese momento, los Cowboys no pudieron regresar a un buen nivel.

Tras la derrota contra los Ravens en la semana 13, Dallas aseguró su primera temporada con marca perdedora desde 2015 y lo hizo en un año que inició con altas expectativas. Se empieza a creer que este equipo es el peor en la historia de la franquicia de la ‘estrella solitaria’.

No es por la marca, ya que han existido años donde solo han ganado 1 partido y ahorita ya llevan 3, pero en cuanto a las ganas de ganar, sí son el peor equipo que hay. En todo lados fallan, el defensivo es el que menor talento tiene casi en todas de sus posiciones, además de que cuentan con el peor plan de juego y envío de jugadas a ambos lados del balón.

Los Ravens les corrieron para 294 yardas.

¿La peor parte? Los Cowboys tuvieron casi 2 semanas para prepararse, debido a que la última vez que jugaron fue en ‘Thanksgiving’ y ni así pudieron superar a unos Ravens que solo contaron con 5 días para practicar de cara a este partido.  La ofensa tampoco da muchas esperanzas. A pesar de tener un par de TD, ganar un partido con puros goles de campo es imposible y más si tu pateador, Greg Zuerlein, falla tres de ellos.

Tras verlos contra los Ravens, es momento de que los Dallas Cowboys den por perdida la temporada 2020 de la NFL y se dediquen a encontrar a los jugadores que pueden ganarles partidos para 2021, sin importar los salarios millonarios que tengan, sí específicamente Ezekiel Elliott.