Boca Juniors vivió uno de los momentos más bochornosos de su historia reciente. El cuadro argentino empató 1-1 ante Auckland City, un equipo conformado por jugadores amateurs que llegaron al Mundial de Clubes con mucha ilusión y cero presión. Entre ellos destacó Christian Gray, un profesor de secundaria que anotó el gol del empate y que tuvo que pedir días en su trabajo para poder viajar al torneo.

El resultado sorprendió al mundo, pero también expuso la falta de intensidad y compromiso del conjunto xeneize. Auckland City, con futbolistas que son repartidores, oficinistas y docentes, plantó cara a uno de los clubes más históricos de Sudamérica, dejando en evidencia que el fútbol no siempre se gana con nombres ni presupuestos millonarios.

Las redes sociales estallaron con memes y mensajes de apoyo al club neozelandés, mientras que Boca fue duramente criticado por su pobre desempeño. El gol del profesor Christian Gray ya es parte de la historia del torneo, y para muchos, este empate será recordado como uno de los grandes milagros del fútbol moderno.