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Luego de aquel vergonzoso incidente entre Myles Garrett y Mason Rudolph en el partido de los Cleveland Browns y Pittsburgh Steelers, el agresor ya fue liberado de la suspensión y reinstalado en la National Football League (NFL). 

El defensivo golpeó a su rival en la cabeza con su propio casco.

Después de eso, la NFL determinó suspenderlo de manera indefinida y, este miércoles, el jugador se reunió con Roger Goodell, comisionado de la liga, para hablar al respecto y convencerlo de ser reinstalado.

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A pesar de que Garrett argumentó que su adversario lo insultó racialmente antes de su violenta reacción, la suspensión permaneció y se perdió los últimos 6 partidos de la temporada regular, mientras que Rudolph sólo tuvo que pagar una multa.

El defensivo de Browns se despidió con 29 tacleadas y 10 capturas de quarterback.

A través de un comunicado de la institución de Cleveland, se dio a conocer el regreso de su jugador: «Sabemos que está agradecido de ser reincorporado, ansioso por dejar atrás el pasado y continuar evolucionando y creciendo como líder. Esperamos tener su fuerte presencia positiva como compañero de equipo, jugador y persona en nuestra comunidad».

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Ahora trabajará bajo las órdenes de Kevin Stefanski tras el despido de Freddie Kitchens.

Su regreso es lo mejor que le pudo pasar en este momento, puesto que aún faltan más de 5 meses para que arranque la pretemporada, de manera que podrá trabajar con normalidad en su equipo de cara a la campaña 2020.

Lo que es un hecho es que Myles Garrett deberá ser más inteligente en los emparrillados para controlar sus emociones y evitar cometer estos actos de agresión que pueden resultar en consecuencias mayores.