El partido en el que la Selección Mexicana fue eliminada por Haití en el Preolímpico no solo significó un fracaso a nivel colectivo, sino también el golpe definitivo para varios jugadores que apuntaban a ser figuras del fútbol nacional. Uno de los más afectados fue Santiago Fernández, quien con América comenzaba a demostrar calidad, pero nunca pudo consolidarse tras aquel tropiezo.
Otro caso fue el de Luis Ángel Landín, delantero que con Pachuca había demostrado ser un gran referente en el área. Su carrera tuvo un bajón considerable después de la eliminación y nunca pudo alcanzar su máximo nivel. Enrique Esqueda también fue parte de esa generación afectada, y aunque tuvo algunos destellos con la selección y clubes, su carrera nunca despegó como se esperaba.
Ese partido contra Haití se convirtió en una especie de «maldición» para varios jugadores que vieron cómo sus oportunidades de brillar en el fútbol mexicano se esfumaban.