La historia del fútbol mexicano está llena de equipos que, pese a su desaparición o transformación, siguen siendo recordados con nostalgia. Uno de ellos es Jaguares de Chiapas, un club folclórico que se ganó el cariño de los aficionados, pero al que le faltó coronar su legado con un campeonato.

Monarcas Morelia es otro de los nombres que siempre surgen en esta conversación. Su estabilidad, cantera y momentos memorables lo convirtieron en un equipo respetado. En su lugar nació Mazatlán, pero muchos aún sienten que la esencia del equipo purépecha se perdió.

Lobos BUAP y los Tiburones Rojos de Veracruz también dejaron su marca. El primero por su sorprendente paso con Rafa Puente Jr. al frente; el segundo, por la pasión de su afición, que llenaba el estadio cada 15 días sin importar los resultados.